El aforismo es el quantum del pensamiento, un ensayo brevĂsimo (el ensayo es un comentario en prosa sobre cualquier tema). Resume en dos lĂneas la introducciĂłn, el desarrollo y la conclusiĂłn. Es tan breve, que muchas veces la conclusiĂłn cae fuera del texto, justo en la testa del lector. EstĂĄ sujeto a varias tensiones: no puede ser tan extenso que se confunda con el ensayo breve (dos pĂĄrrafos ya es demasiado) ni tan breve que se vuelva indescifrable, fragmento de haikĂș, jirĂłn de frase, pista de adivinanza. No puede ser muy obvio porque quiere ser moderno, sugerir, no explicar. Pero tampoco tan oscuro que lo afecte el feroz epigrama de Borges: "Hay autores que parecen oscuros por su profundidad, y hay otros que quieren parecer profundos a fuerza de oscuridad". Los aforismos son varias cosas: filosofĂa comprimida, espejos implacables, bocetos de sĂntesis, gritos flemĂĄticos o ejercicios de redacciĂłn muy sofisticados. Las Desinencias son, ademĂĄs, mecanismos esfĂ©ricos de alta precisiĂłn, uranio enriquecido para la estimulaciĂłn del pensamiento.