El mariscal don Diego encomienda a su prima doña Mencía, viuda, la custodia de un prisionero. El joven intentará seducirla, como el detenido le recuerda a su difunto marido y doña Mencía se siente atraída por él, finalmente lo ayuda a liberarse.
El mariscal don Diego encomienda a su prima doña Mencía, viuda, la custodia de un prisionero. El joven intentará seducirla, como el detenido le recuerda a su difunto marido y doña Mencía se siente atraída por él, finalmente lo ayuda a liberarse.