Con Barcelona como telĂłn de fondo, un narrador anĂłnimo rastrea en su memoria los momentos en que su biografĂa se cruza con la de Trotski. Para intentar salvarse de sĂ mismo, un profesor recupera una vieja obsesiĂłn infantil por un disco de Bob Dylan. Naima huye de su propio nombre en lo que extrañamente se convierte en una frenĂ©tica forma de vida. Un joven viaja a Roma para escribir un diario y reencontrarse con el recuerdo de su padre. En el aeropuerto de una ciudad sureña crece el embriĂłn y la esperanza de una sociedad paralelaâŠ
La huella que la cultura y la ficciĂłn dejan en unos personajes extraviados en el espacio urbano y siempre a punto de quebrarse es el hilo que conecta sutilmente los ocho relatos de Fantasmas de la ciudad. Lejos de los parĂĄmetros del cuento armonioso y cerrado, Aitor Romero Ortega explora la tensiĂłn entre la vida relatada (recordada, inventada, contada) y la vida vivida. Las ciudades (Barcelona, Roma, Nashville, Buenos Aires, Mostar, ParĂsâŠ) y los no-lugares que atraviesan estas pĂĄginas se configuran como una geografĂa interior en la que las siluetas humanas aparecen y desaparecen como motas de polvo. Son fantasmas, afirma el protagonista de uno de los relatos, fantasmas de la ciudad.