Para Alda Merini, la loca de la puerta de al lado era la vecina. Para todos los demĂĄs, era ella. Alda lo sabĂa y, en vez de renegar de sĂ misma o esforzarse por encajar en la norma, reivindicĂł su locura como un elemento purificador, un arma poĂ©tica. «La locura es tambiĂ©n un vĂnculo mĂĄgico con la realidad, es una forma de sacar las pĂșas para enfrentarse a un enemigo que tal vez no existe», escribe. AsĂ, la loca parece menos demente y termina por convertirse en una suerte de profeta que, desde las puertas del infierno, relata la sacralidad de la vida a quien quiera escucharla.
En La loca de la puerta de al lado los recuerdos fluyen sin orden. Este libro, compuesto de cuatro partes â«El amor», «El secuestro», «La familia» y «El dolor»â es una bella confesiĂłn en la que la autora deja que sus ojos recorran un pasado lleno de lugares, amigos, amantes y sentimientos. Merini, inocente provocadora, nos ofrece una autobiografĂa lĂșcida y fantasiosa de grandes componentes lĂricos.