En uno de sus escritos Lacan pregunta si acaso sea por la incidencia de la instancia social de la mujer que el matrimonio se sostiene en la declinaciĂłn del patriarcado. Una breve consideraciĂłn de la hipĂłtesis contenida en esa pregunta da cuerpo a este ensayo, que es mĂĄs la reflexiĂłn personal de un psicoanalista que la exposiciĂłn del punto de vista del psicoanĂĄlisis, si es que tal cosa existe. Con mayor o menor fortuna, la puesta a prueba de esa hipĂłtesis no apelĂł a concienzudas lecturas, sino que fue sometida al versĂĄtil talante que determinaron las fatigas del encierro en el contexto de la pandemia. El discurrir de este ensayo es la instrumentaciĂłn de pertinaces insomnios, de dilatadas cavilaciones sostenidas entre copas de color amargo y espĂritus que prestaron a la prosa una dudosa asistencia. Ese esfuerzo tal vez no hallĂł otra luz que la de los amaneceres. Pero hizo mĂĄs soportable un vivir que, se estĂŠ casado o no, siempre es compartido con Otro.