La definición del éxito como "la consecución de unos determinados objetivos" resulta bastante aceptable. Sin embargo, existe una gran diferencia entre el éxito pasajero y el éxito que se mantiene en el tiempo. Según los autores de este libro, el éxito duradero no se alcanza si nuestro empeño no está motivado por una causa que transcienda nuestro ego.
Las sociedades sanas y sostenibles necesitan estar integradas por organizaciones que posean esas mismas características, y éstas, a su vez, requieren que sus miembros sean personas capacitadas para el crecimiento personal y la carrera hacia un triunfo firmemente asentado.
El libro ha sido compuesto a partir de los resultados obtenidos en más de 200 entrevistas a personas de distintas procedencias y profesiones que han triunfado con rotundidad en sus respectivas actividades. Las entrevistas revelan un principio hasta ahora poco estudiado en la literatura existente sobre el liderazgo y el rendimiento corporativo: el éxito a largo plazo tiene menos que ver con encontrar la mejor idea, dotarse de una eficaz estructura organizativa o dar con el modelo de negocio óptimo que con descubrir qué es lo que nos importa como individuos y da sentido a nuestras vidas. Es en ese nivel donde se activa nuestra creatividad y se desata el potencial para fundar organizaciones sólidas y duraderas.
En las definiciones tradicionales del éxito suelen encontrarse referencias a la fama, el dinero o el poder como sinónimos de su significado, mientras que ninguna de ellas lo relaciona con el sentido vital, la realización personal, la felicidad o las relaciones estables. Sin embargo, para las personas entrevistadas estos son los verdaderos y más valorados atributos del éxito.
Según se desprende de sus declaraciones, el éxito garantizado llega cuando en la vida y el trabajo de un individuo están presentes al menos tres componentes esenciales: el sentido, una manera de pensar creativa y una manera de actuar efectiva. Cuanto más entrelazados permanezcan estos tres elementos, más largo promete ser el éxito. Si descubrimos el sentido en algo y aunamos nuestro pensamiento y nuestra acción para facilitar su puesta en práctica, alcanzar el objetivo que nos propongamos será un proceso mucho más sencillo e imparable.