Si se ha llegado lejos en la ciencia de la reanimatología, es porque se ha subido en hombros de dos gigantes: Vladimir Negovsky en Rusia y Peter Safar en Occidente. El primero fue un adalid de los estudios de la fisiología en los procesos de la muerte y la reanimación (resucitación). El segundo, en la aplicación de la cadena de sobrevida y la sistematización de maniobras para mantener la vida del paciente durante un paro cardiaco. Ambos encontraron en la hipotermia el mecanismo singular de proteger la vida, apenas el paciente recupera la circulación cardiaca espontánea. De esta manera, preserva la función de los órganos, especialmente del cerebro.