Annapurna, del poeta venezolano Igor Barreto, muestra cómo la poesía es una experiencia de la oposición. La verticalidad y la horizontalidad, el ascenso y la caída, la cumbre y el abismo, lo digital y lo escrito dejan de ser antagónicos para volverse modos de la agilidad y del atletismo, porque trazan nuevos vínculos entre estados de la realidad. El poeta se convierte en escalador de uno de los macizos más alto de la tierra, que es también cresta del lenguaje. Enfrentarse a la roca mineral y verbal implica la incertidumbre de no saber qué pasará cuando la montaña se acabe. Se trata de un libro sobre cómo, en la Venezuela actual, la poesía inventa una lengua para nombrar la experiencia de "trabajar en el vacío" y de huir de un ministerio a través de la pantalla de un computador. También nos habla de la vida que se desploma como "flores de hielo" que caen de la montaña más difícil de la tierra.
Gina Saraceni