Andreas Ban es un psicólogo que se acaba de jubilar. Vive solo en un pueblo costero de Croacia. Su cuerpo comienza a dar señales de agotamiento y, entre una consulta médica y otra, revisa su pasado y examina los retazos de su vida —sus trabajos de investigación, sus libros, los registros médicos, las fotografías—. Andreas Ban rememora a los seres queridos mientras reflexiona sobre la desintegración de Yugoslavia y sobre la Segunda Guerra Mundial.
Los recuerdos de sus vivencias en Belgrado, que pensó que había dejado atrás, y de Ámsterdam, donde sintió que tenía una vida diferente, se alternan con sus meditaciones sobre el tiempo, su pensión miserable, el envejecimiento y la fragilidad humanas, y también sobre una de sus obsesiones: la trágica historia de la Europa del siglo xx.
Daša Drndić repasa una vez más los horrores de la historia con el mismo ingenio frío e inquebrantable, al tiempo que elabora un crudo retrato de la vejez en nuestro despiadado mundo moderno: un intelectual olvidado y marginado que trata de vivir y pensar en medio de una sociedad que predica la eterna juventud y reprime el pensamiento crítico.