Hamlet, príncipe de Dinamarca, es una de las tragedias más profundas y universales de William Shakespeare. La obra comienza con la aparición de un espectro que reclama justicia y desencadena una cadena de dudas, pasiones y revelaciones. El joven príncipe se enfrenta a un dilema eterno: actuar con rapidez para vengar la muerte de su padre o sumirse en la parálisis de la reflexión.
Entre intrigas de poder, engaños y traiciones, Hamlet atraviesa un viaje interior marcado por la incertidumbre y la búsqueda de sentido en un mundo corroído por la corrupción. Sus soliloquios, cargados de poesía y filosofía, abren preguntas que siguen vigentes: ¿qué significa existir?, ¿cómo se enfrenta la verdad cuando duele?, ¿es la acción o la duda lo que define al ser humano?
Con escenas intensas y personajes complejos —desde la inocencia de Ofelia hasta la ambición de Claudio—, Shakespeare construye un retrato trágico de la condición humana. Más que una historia de venganza, Hamlet es una meditación sobre la vida, la muerte y el destino que trasciende los siglos.
