El ensayo desnuda a quien lo escribe. Eso pasa, por ejemplo, en Evaristo Carriego, del propio Borges; en El factor Borges, de Alan Pauls; pasa, lateralmente, en Breve historia argentina de la literatura latinoamericana (a partir de Borges), de Luis Chitarroni; y pasa también en este ensayo de Patricio Zunini.
Le llevó años a Zunini escribir este libro que iba a restringirse inicialmente a los años de Borges en la biblioteca, en las dos bibliotecas, en la Miguel Cané y en la Nacional. Ese corazón escenogråfico persiste, pero las arterias que salen de él tienen un alcance mås remoto. Las ramificaciones se prolongan a la vida entera de Borges y a la vida de Borges después de muerto Borges. Esta segunda vida implica ademås la vida del autor y la nuestra, los lectores.
Zunini puede demorarse en la lasitud de las tardes que Borges pasaba refugiado en la GalerĂa del Este (la LibrerĂa de la Ciudad a mano) porque ese lugar activa la evocaciĂłn del negocio de la abuela en Charcas y San MartĂn. Estas interferencias no son inesenciales: las presunciones propias (como cuando resuelve la perplejidad o el vacĂo documental con la opiniĂłn: ÂżhabrĂa llegado Borges a batirse a duelo con Lugones? ÂżquĂ© hizo en los seis meses de licencia que se tomĂł en la Biblioteca CanĂ©?), la crĂłnica personal, y aun la ausencia (el repliegue de las pĂĄginas pĂĄginas inolvidables en las que habla Miguel de Torre), todo eso hace de Borges en la biblioteca (biografĂa que es ensayo, ensayo que es crĂłnica, crĂłnica que es biografĂa de un tercero) el envĂo de una intimidad a otra intimidad" (Del prĂłlogo de Pablo Gianera).