Fiódor Dostoievski (1821-1881) escribió su obra maestra Crimen y castigo - que se publicó por primera vez en 1866 - después de haber pasado cuatro años de su vida en una prisión estatal en Siberia. Ingeniero de formación, inicialmente había sido condenado a muerte por conspiración contra el zar, tras ser detenido en una reunión del círculo Petrashevski, grupo intelectual socialista al que pertenecía. Estar encarcelado con hombres de las clases sociales más bajas, muchos de los cuales eran criminales violentos y asesinos, que en gran medida lo despreciaban a él y a los de su clase, le dio una oportunidad única de explorar y comprender la mente humana, en particular la mente del asesino.
Dostoievski luchó por dar sentido e integrar en su entendimiento muchas de las nuevas ideas que se estaban extendiendo por Europa y Rusia, y esa lucha se refleja en la mente de su personaje central, el antihéroe Rodión Románovich Raskólnikov. La novela comienza con Raskólnikov, un estudiante fracasado de derecho, empobrecido y casi famélico, tratando de evitar que su casera le vea cuando sale de su alojamiento porque no ha pagado el alquiler. Camina por las calles de San Petersburgo en una calurosa tarde de verano.
Dostoievski pinta un cuadro perturbador de las desigualdades en la sociedad rusa, de los peligros de la pobreza, el hambre y la explotación, el fracaso de las creencias religiosas, la falta de sentimiento humano, la prevalencia del vicio, una carencia de valores éticos y el desmoronamiento de las normas de la sociedad. A su alrededor ve gente normal, pero a sus ojos, gente indigna: obreros, vagos, borrachos, prostitutas, mujeriegos, empresarios sin escrúpulos, policías corruptos, funcionarios engreídos, mentirosos, pecadores, tramposos y víctimas. No ve nada ni a nadie admirable.
Le atormenta la idea del hombre superior, y anhela convertirse él mismo en uno de los que poseen la voluntad de poder, ejemplificado por la figura de Napoleón Bonaparte. A su parecer él mismo debería pertenecer a aquellos que son dignos y que pueden considerarse por encima de las leyes que gobiernan a las personas normales e inferiores. Su fe en Dios y en la religión ha menguado y en un estado febril, agravado por el hambre, se propone asesinar a una anciana, una prestamista al que desprecia y, al hacerlo, aspira a convertirse en esta versión superior idealizada de sí mismo. Pero en vez de liberarlo, el acto de matar lo atrapa.
El viaje psicológico que emprende está impulsado por el nihilismo y alimentado por ideas de revolución que amenazan con llevarlo a la locura. La novela, originalmente concebida como una serie de historias que se publicarían mensualmente, es anterior al trabajo de Freud y otros psicólogos y psicoanalistas, pero su viaje hacia el autodescubrimiento tiene mucho en común con los métodos y relatos freudianos. Su carácter y personalidad se revelan en parte a través de recuerdos detallados de pesadillas y de eventos vividos en la infancia. Una pesadilla en la cual un viejo caballo es golpeado hasta morir por su dueño, incitado por una turba ebria y burlona, es tan brutal y de tal violencia que le repugna y lo rechaza, pero presagia el terrible acto que él mismo lleva a cabo cuando asesina a la vieja usurera Aliona Ivánovna y a su hermana Isabel con un hacha. ¿Por qué las mata?
La respuesta simple parece ser por dinero: busca robarles para escapar de la trampa de la deuda en la que se encuentra. Sin embargo, la verdad es mucho más complicada q