QuizĂĄs la mejor de la prolĂfica producciĂłn del francĂ©s VĂctor Hugo y una de las mĂĄs importantes del siglo XIX. Pobres, revolucionarios, burgueses, perseguidos y hasta un obispo, preconizador de la autĂ©ntica moral EvangĂ©lica, desfilan con una minuciosidad y maestrĂa desconocida hasta entonces, lo que convierte a la obra en un instrumento de denuncia que no ha perdido su vigencia y en el que triunfĂł el amor verdadero.