Nacido en una familia judĂa, Boris Cyrulnik sufriĂł la muerte de sus padres en un campo de concentraciĂłn nazi del que Ă©l logrĂł huir cuando sĂłlo tenĂa 6 años. Tras la guerra, deambulĂł por centros de acogida hasta acabar en una granja de la Beneficencia. Por suerte, unos vecinos le inculcaron el amor a la vida y a la literatura y pudo educarse y crecer superando su pasado.
En este libro, Boris Cyrulnik evoca su infancia, su arresto, su fuga y sobre todo la desobediencia hacia los hombres y las ideas. En bĂșsqueda de su pasado, el autor confronta sus recuerdos con la realidad de los lugares, con las palabras de las personas que estuvieron junto a Ă©l en aquellos momentos. Dejando atrĂĄs las simples circunstancias de una vida particular, el autor nos adentra en la exploraciĂłn de los recuerdos mĂĄs recĂłnditos. Frente al horror, el espĂritu se protege, nos protege de la locura.
"Esta confesión le permite regresar y reflexionar sobre la naturaleza de la memoria traumåtica, un reflejo que pondrå a trabajar en su trabajo para superar el trauma y la resistencia después del "choque"".
âPhilippe Brenot, Le monde