"En estos cuentos hay seres divinos, monstruosos, frĂĄgiles. Seres humanos. Y tan ajeno a la correcciĂłn polĂtica como al cinismo fĂĄcil, Laborde les hunde el puñal ahĂ, donde la carne se resiste y la herida duele mĂĄs. Y escarba, y nos muestra lo que hay adentro: en algunos casos, lo hace con engañosa ligereza; en otros, con pudorosa ternura. Indaga en estos seres inexplicables que se reproducen, crecen y nacen, y cuyas vidas acaso puedan cifrarse âcomo querĂa Borgesâ en un solo momento, el momento en que uno sabe quiĂ©n es, quiĂ©n ha sido siempre.
El presente libro evidencia otro enorme salto en la evoluciĂłn del autor. Con esto no insinĂșo que no se reconozca aquĂ aquella voz furiosa de Bilis; al contrario: la evoluciĂłn es mĂĄs visible justamente porque se la reconoce, solo que mĂĄs compleja, mĂĄs simple, mĂĄs eficaz. Se trata de una evoluciĂłn que trasciende el oficio literario. Los grandes escritores encuentran lo humano entre el caos, fragmentado en un espejo roto. Y lo exhiben delicadamente, escamoteado entre los engranajes de esta mĂĄquina infernal a la que llamamos civilizaciĂłn. A esta ternura cruel la resume el anhelo de uno de los personajes de este magnĂfico libro: 'Quiero todo el amor que puedan comprar esos dĂłlares'" (Alejandro Baravalle).