«âEsta gente que te digo... Escucha. Estos amigos⊠Esta gente podrĂa estar dispuesta a financiar un proyecto.
âÂżUn proyecto? âSalgado no entiende nada.
âUn proyecto de partido. Un partido nuestro.
âUn partido tĂș y yo âdice, aĂșn terminando la carcajada.
Torralba baja la voz, impone discreciĂłn.
âSĂ, tĂș y yo. ÂżQuĂ© pasa? Para empezar tĂș y yoâŠ
âPero si nadie sabe ni cĂłmo nos llamamos, Enrique.
âNo. Ahora no. Pero si nos abstenemos... Todo el mundo nos conocerĂa. SerĂa una bomba mediĂĄtica, Âżo no? Dime que no.
âEstĂĄs loco.
âVale, estoy loco. ÂżY tĂș? ÂżCĂłmo estĂĄs tĂș de loca?».
Es 2003, la izquierda ha ganado en las elecciones autonĂłmicas en Madrid y parece recuperar el poder despuĂ©s de ocho años destronada. Pero el dĂa de la votaciĂłn dos diputados del PSOE se abstienen y frustran la elecciĂłn del candidato socialista. No todo el mundo recuerda el nombre de aquel candidato, pero el apellido de uno de los trĂĄnsfugas quedarĂa grabado a fuego en nuestra historia polĂtica. El tamayazo le dio la victoria al PP y abriĂł las puertas al aguirrismo, una tendencia llamada a transformar las formas de la derecha madrileña.
ÂżQuiĂ©nes eran Eduardo Tamayo y MarĂa Teresa SĂĄez? ÂżPor quĂ© un empresario pagĂł el hotel en el que se refugiaron antes de la votaciĂłn y por quĂ© alguien les mandĂł el mensaje «Aguirre no quiere pacto»? ÂżQuĂ© buscaban con la fundaciĂłn del partido Nuevo Socialismo? ÂżTiene razĂłn SĂĄez en que Tamayo la estafĂł y se quedĂł con el dinero? Pero, Âżes que acaso hubo dinero?
En 2013, Guillermo Zapata escribiĂł el guion para una pelĂcula de ficciĂłn sobre todo aquello. Finalmente el proyecto no vio la luz, y hoy aquella investigaciĂłn sirve de base a este ensayo sobre los monstruos de la representaciĂłn polĂtica, sobre egos soñadores y sobre la potencia y los lĂmites de la voluntad popular. Con la perspectiva que dan veinte años de lo sucedido, una de la tesis de este libro es que a veces conviene desterrar del imaginario las grandes conspiraciones, los maletines y los planes perfectamente urdidos. A veces las cosas son exactamente lo que parecen. Y el mal es mĂĄs burdo y mĂĄs simplĂłn. TambiĂ©n mĂĄs fĂĄcil de vencer.