"El valor significativo de la arquitectura contemporánea indica imprecisión temporal y cierta eventualidad. La veracidad de la arquitectura se ha transformado en espacio de exhibición; esta ya no se juzga por el cumplimiento real de sus promesas sino por la correspondencia entre sus fantasías y las del espectador. La paradoja visual se establece como espacio de relaciones y conflictos en donde unos y otros componen la complejidad arquitectónica de nuestra época, pues esta se ubica, estratégicamente, en el lugar de encuentro entre categorías opuestas y distintivas, un significado conceptual positivo y negativo que constituye las dos polaridades de un mismo movimiento analítico: todo está escondido, pero con la certeza que todo puede indagarse.
Estas cuestiones ocurren en el seno de la sociedad actual, de manera que se involucra al ámbito de lo visible y de la mirada, del arte y del lenguaje. Representa la forma de la apariencia, del matiz, del engaño y del deseo: las nuevas estéticas en la arquitectura contemporánea se extienden por todos lados, como vehículo de la progresiva desensibilización ante un exceso de belleza."