Cuando tu mejor amiga se casa y tĂș sigues soltera, te agarras una buena cogorza. Si no, no es la boda de tu mejor amiga. Punto. Eso sĂ, lo de acabar intimando a lo loco con Ă©l no estaba previsto.
En mi defensa, debo decir que asistĂ a la boda sin la supervisiĂłn de un adulto, lo mĂnimo que necesito para no liarla parda cuando hay barra libre y un soltero apetecible en la zona.
ÂżEn quĂ© momento me pareciĂł que aquello era una buena idea? Al final, iba a pagar caro el no ceñirme al plan original de emborracharme. Nada saliĂł como habĂa esperado, a pesar de que aquella noche fue mĂĄgica.
Pero lo que son las cosas: aunque nos habĂamos prometido distancia, el maldito (o bendito) destino hizo que no tuviĂ©ramos mĂĄs remedio que volver a colisionar.