Para responder adecuadamente a un grupo de profesores jĂłvenes de la ETSAM que me pedĂan escribir sobre mecanismos pedagĂłgicos para una mejor enseñanza de Proyectos en la que ellos estĂĄn investigando, les adelantĂ© unos textos que tenĂa en preparaciĂłn para, mĂĄs completos, ser publicados en un futuro en forma de libro. Acometo ahora esta tarea con todo interĂ©s. HabĂa decidido dejar de escribir un poco, como reza un cartel que tengo sobre mi mesa, junto a mi ordenador. En el mismo papel estĂĄ escrito: callar y escuchar. Aunque callar, dejar de hablar, no es dejar de escribir. Algunos amigos me decĂan que escribĂa mĂĄs que el Tostado. El Tostado es una figura de la Catedral de Ăvila, detrĂĄs del altar mayor, que representa a D. Alonso FernĂĄndez de Madrigal. Su actitud de estar escribiendo no ha cambiado en los mĂĄs de 5 siglos desde que Vasco de Zarza la esculpiera en alabastro, y el ingenioso pueblo español ha consagrado el dicho de "escribir mĂĄs que el Tostado", que asĂ llamaban al bueno de D. Alonso. Y pensando en que pueda ser Ăștil para los profesores mĂĄs jĂłvenes, y tambiĂ©n para los alumnos, me atrevo ahora a hacer pĂșblico este opĂșsculo con el cacofĂłnico tĂtulo de Trece Trucos para intentar hacer mejor la arquitectura, mĂĄs precisa y mĂĄs hermosa. Estos trucos o mecanismos, son los que he utilizado muchas veces en mis obras y he intentado transmitir a mis alumnos a lo largo de mis mĂĄs de 40 años de docencia de Proyectos en la ETSAM, y en muchas otras Escuelas de Arquitectura del mundo. Desde el primer capĂtulo he querido distinguir con claridad entre ideas y mecanismos. Lo importante en una obra es tener una idea de lo que se quiere construir. Por eso puse el tĂtulo de La Idea Construida a mi primer libro de hace ya mĂĄs de 20 años. Los trucos de los que hablo aquĂ, son mecanismos para hacer visibles esas ideas. Hay arquitectos buenos, con buenas ideas, pero que despuĂ©s son incapaces de construirlas. Y hay otros arquitectos, hĂĄbiles, que sin tener ideas especialmente buenas, llenan sus obras de mecanismos ingeniosos capaces de asombrar a muchos pero no de convencernos a algunos pocos. QuerrĂa para los arquitectos mĂĄs jĂłvenes, y para mis alumnos, que supieran encontrar su sitio como arquitectos construyendo ideas que permanezcan en el tiempo. En los diferentes capĂtulos se van desplegando temas que, a veces, de tan lĂłgicos parecen obvios. Como ya escribĂ: MĂĄs de una vez, algĂșn amigo mĂo, me ha dicho que en mis escritos aparecen a veces los mismos temas o parte de ellos, repetidos. Aunque tiene algo de razĂłn, serĂa esquizofrĂ©nico el no repetir nunca nada, sobre todo si uno escribe mucho. Por otra parte, cuando repito algĂșn tema es porque creo que es importante, o porque viene a cuento en ese nuevo escrito