(0)

Viaje a las ruinas de Pesto

E-book


Viaje a las ruinas de Pesto. Ángel Saavedra. Duque de Rivas:

Fragmento de la obra

A las nueve de una hermosa mañana de mayo, en que un transparente celaje templaba el ardor del Sol, refrescando la atmĂłsfera la ligera brisa del mar, partimos de NĂĄpoles por el camino de hierro Ășltimamente establecido, que conduce a Nocera. DeslizĂĄbase rĂĄpidamente el convoy, e iba dejando atrĂĄs la capital magnĂ­fica y su concurrido puerto, donde estĂĄ parte de la preciosa escuadra napolitana con gran nĂșmero de vapores de guerra, y donde se ven reunidos tantos buques mercantes de diferentes naciones.

Siguiendo la playa, pasamos. por Portici, bajo cuyas casas yace envuelta en la lava del Vesubio la antigua Herculano; por la Torre del Greco, pueblo fundado sobre otros dos, vĂ­ctimas de las erupciones del volcĂĄn, y por la Torre de la Anunciata, donde dejando la ribera entramos tierra adentro por las cercanĂ­as de Pompeya, y al travĂ©s de un campo delicioso, cultivado con esmero. Su feraz producciĂłn y sus viñedos formando pabellones, festones y guirnaldas, enlazadas con los ĂĄrboles pomposos y corpulentos, de que estĂĄ sembrada la llanura, forman un rico y risueño paisaje, de que es Ășltimo tĂ©rmino, por la izquierda, el majestuoso Vesubio, con sus laderas de esmeralda y su penacho blanquecino de humo y ceniza, y al frente y a la derecha, elevadas montañas cubiertas de arboleda y de casas de campo. En una hora llegamos a Pagani; esto es, recorrimos seis leguas castellanas, en cuyo tiempo no dejaron de mortificarme las dolorosas reflexiones a que daba lugar el ver en un paĂ­s que, ciertamente, no tiene fama de muy aventajado, caminos de hierro, escuadra, gran nĂșmero de barcos de vapor, tierras cultivadas con asiduidad y maestrĂ­a, casas de campo, gendarmes a pie y a caballo perfectamente vestidos custodiando los caminos pĂșblicos, poblaciones risueñas, limpias y bien empedradas, industria, trĂĄfico, movimiento y vida, mientras que en nuestra patria, tan grande, tan poderosa, tan rica y con tantos elementos para ser una de las primeras naciones de Europa, nada hay de esto, porque pierde el tiempo y se aniquila visiblemente en inĂștiles controversias y en enconadas personalidades.