Charles San Lambert fue un hombre de múltiples facetas. Un pionero en el arte de extraer la gran riqueza mineral del suelo chileno.
Hombre de inteligencia superior, que llegó a Chile en 1817, fue pieza clave en el desarrollo de Chile como potencia minera mundial. Lambert fue un visionario que construyó muelles y tranques, y promovió la formación de técnicos mineros, trayendo a Chile al sabio polaco Ignacio Domeyko.
Fue un experto en la producción de cobre que se hizo millonario en nuestro país aplicando en exclusividad un método secreto para extraer metales de los relaves inservibles. Un hábil negociador que, sin ser político, ejerció cargos de representación y llegó a financiar a las tropas chilenas que expulsaron a los españoles de Chiloé. Un genio de los negocios que fue definido como el hombre más acaudalado del país y de Sudamérica en su momento. La historia de Lambert está entreverada -de forma casi novelesca- en los inicios de la actividad minera en Chile, marcando con fuego, un sello productivo de la zona norte de nuestro país.