La especie humana tiene grandes potenciales aĂşn no desarrollados, lo que queda patente en el abismo que hay entre nuestros más preciados valores Ă©ticos y la barbarie moral real en la que convivimos dĂa a dĂa.
TambiĂ©n nuestras capacidades intelectuales las empleamos sĂłlo en una mĂnima parte, como muestran las investigaciones sobre el cerebro. Por tanto, no estamos al final sino al principio de un largo proceso de convertirnos en seres verdaderamente humanos y de hacer de nuestras prácticas de convivencia una autĂ©ntica civilizaciĂłn global.
Para poder avanzar en la creciente complejidad de nuestro mundo y no perder de vista nuestro proyecto de futuro, Edgar Morin propone su "mapa" del pensamiento complejo. Su estructura multidireccional y polifacĂ©tica permite captar la realidad y orientarse pese a sus cambios constantes, pero bajo la condiciĂłn de aceptar que hoy ya no se puede aspirar a verdades o sistemas acabados. El pensamiento complejo puede romper con los antiguos esquemas mentales que guĂan nuestra visiĂłn limitada y egocĂ©ntrica del mundo. Nos permitirá desarrollar nuevas polĂticas globales basadas en el pleno respeto por la diversidad, para avanzar hacia una coexistencia futura nueva y, finalmente, humana.