Una de las tareas fundamentales de la historia y la historiografía es insistir en la recuperación de la conciencia individual, de la conciencia social, de la conciencia humana. Los capítulos que componen este libro, escrito en un estilo directo que busca provocar y generar más preguntas al lector, indagan en diferentes cuestiones: las relaciones entre historia local e historia global, los espacios públicos, la educación y la formación de una nueva ciudadanía, capaz de afrontar nuevos retos como los tecnológicos y la inteligencia artificial… Cada capítulo podría leerse de forma independiente, pero la suma de todos comunica un mismo objetivo y un propósito esencial: repensar la historia, colaborar a que los historiadores vuelvan a comprometerse con ella.
La memoria y la historia son elementos cruciales en los modos de soslayar, cambiar o adecuar el pasado, enfrentarse o evitar el presente, y sopesar por dónde y hacia dónde avanzar en los próximos años o décadas. El problema de la historia está también en el mundo intelectual, en las universidades, en los propios historiadores: ¿es posible hoy en día conocer el mundo desde una sola perspectiva disciplinaria? Sabiendo leer adecuadamente el pasado y teniendo claridad respecto a nuestro sitio en el presente, nuestro desafío actual es mirar hacia adelante. La historia debe servir para enfrentar el futuro.