La hija de un clérigo, de George Orwell, es una novela que se adentra en los límites de la precariedad, la alienación y la lucha silenciosa de las mujeres frente a un sistema social rígido y lleno de contradicciones. Ambientada en la Inglaterra de entreguerras, narra la vida de Dorothy Hare, joven hija de un clérigo anglicano, cuyo día a día está marcado por el peso de las convenciones morales, la obediencia filial y las exigencias de una parroquia que consume su tiempo y energía.
El relato se despliega cuando un acontecimiento inesperado rompe la rutina de Dorothy y la arrastra a un recorrido errático por diferentes estratos de la sociedad. Desde la indigencia y el trabajo forzoso en el campo hasta los claustros asfixiantes de un colegio privado de provincias, la protagonista experimenta una serie de entornos donde las jerarquías, los prejuicios y la explotación adquieren nuevas formas. A través de su mirada se introducen personajes diversos: compañeros de trabajo y vagabundos que encarnan la dureza de la vida sin recursos, figuras religiosas y académicas que representan la hipocresía moral, y conocidos que, con gestos de ayuda o indiferencia, muestran las fisuras del tejido social.
Publicada en 1935, la obra refleja tanto la experiencia personal de Orwell —quien conoció de cerca la pobreza y la desigualdad— como su capacidad para retratar con realismo y crítica social los abusos de poder y la falta de oportunidades. El tema central gira en torno a la lucha por la dignidad y la identidad en un mundo que margina a quienes no encajan en sus estructuras, así como la exposición de una sociedad donde la caridad y la fe conviven con el juicio y la exclusión.
Por su lucidez, su retrato de las desigualdades y su vigencia en el debate sobre justicia social, sigue siendo una obra relevante y profundamente humana.
