Cuando Agustín entregó el liderazgo de su iglesia en 426 a.C., su sucesor se encontraba tan abrumado por la conciencia de su incompetencia que declaró "El cisne guarda silencio", temiendo que la voz del gigante espiritual se perdiera en poco tiempo. Pero por 1,600 años, Agustín no ha guardado silencio, ni tampoco lo han hecho los hombres que fielmente han tocado la trompeta por causa de Cristo después de Él. Sus vidas han inspirado cada generación de creyentes y nos impulsan a tener una mayor pasión por Dios.
Este libro es acerca de la relación entre el esfuerzo poético y el poder percibir, saborear y expresar la verdad y la belleza, específicamente la verdad y belleza de Dios en Cristo. Los tres hombres de los que habla este libro hicieron un esfuerzo poético por ver, saborear y expresar las glorias de Cristo. Este esfuerzo en ellos fue intencionalmente dependiente de Dios, buscando encontrar maneras penetrantes, imaginativas y brillantes de expresar las excelencias que ellos contemplaron. Mi tesis en el libro es que este esfuerzo por expresar las cosas de una manera bella, es posiblemente, una forma de poder ver y saborear más la belleza. John Piper