¿Qué harías si tuvieras un poder absoluto?, ¿si fueras capaz de acceder a los secretos más íntimos del resto de las personas, si pudieras ser cuanto quieras ser en un abrir y cerrar de ojos? ¿Lo mantendrías en secreto?, ¿lo contarías al mundo? Sebastián hereda el método científico de su tío Julián, por el que puede obtener los conocimientos y recuerdos de cualquier persona, editarlos e instalarlos indistintamente en cualquier otra. Ello le convierte en una especie de Dios. Pero todas esas aparentes facilidades y ese control casi absoluto sobre los demás se vuelve repentinamente en su contra demostrando que ser Dios no está al alcance del hombre. Sebastián puede acceder a infinidad de conocimientos, pero nunca aprenderá tanto como para administrar un poder casi infinito. De repente, como un giro inesperado del destino, se ve sometido a sus designios y a las inesperadas consecuencias de sus propias decisiones. Ahora todo está en peligro, incluso su propia vida.