El príncipe de Maquiavelo2, quinientos años después de ser escrita, sigue siendo una obra controvertida, controversial y controvertible, que invita a la discusión y al debate en el campo de la teoría y de la acción política, debido a que aconseja sin ambigüedades al gobernante, o al que aspire a serlo, el empleo de la violencia física, el engaño y la trampa, sin detenerse en consideraciones o principios de carácter moral o religioso.
Escrita en la línea de los "espejos de los príncipes", comprende una serie de máximas o reglas útiles al gobernante, sacadas de la historia y la experiencia política. Y gracias a las encendidas polémicas que provoca, encuentra siempre, desde que vio la luz hasta las ediciones de hoy, acérrimos críticos y firmes aliados, apasionados opositores y decididos partidarios. Sobre este libro es posible descubrir en los que lo han estudiado y estudian argumentos en contra y argumentos a favor, posiciones exaltadas en contra, defensas vigorosas en pro y también análisis equilibrados. Por eso, puede afirmarse que es uno de los textos clásicos más heterogénea y pluralmente leídos e interpretados.