Hay un poeta posbolchevique que exhibe una rĂtmica Ășnica de rastros beatnik y una tensiĂłn en la que se superponen cartas de amor, memorias borroneadas y circunstancias cotidianas llevadas a la altura de mito, de leyenda Ă©pica, o acaso estoica. Ese poeta es Luis Pereira Severo, autor de estos Poemas para mi novia extranjera, herederos de una milonga rioplatense travestida de neobarroco pero tambiĂ©n de los espirales del rock de grandes bardos como Bob Dylan y Leonard Cohen.
Hay algunos textos otoñales al principio del recorrido, para dejar paso al poeta extranjero, el que romantiza y se manda versos como "Yo conocĂ la UniĂłn SoviĂ©tica", "En otra vida habrĂa estudiado Humanidades" o "Hay o habĂa apuro por desnudarnos". Y un final muy preciso, confesional, cargado de humor, que culmina con el latiguillo "Yo querĂa ser como Antonio Cisneros / y ser el objetivo de todas las mujeres de Lima", y la posterior auto - constataciĂłn de que no ha sido un poeta inglĂ©s, ni siquiera un mal poeta inglĂ©s. Pereira Severo, como demuestran estos textos, sigue disparando (âŠ) desde "el patio trasero de las letras". Como un francotirador posromĂĄntico. (Gabriel Peveroni)