A fines del siglo XIX y principios del XX, una oleada masiva de inmigraciĂłn transformĂł el panorama cultural de la Argentina. Junto a otros inmigrantes, en Buenos Aires, los germanohablantes crearon las instituciones de su colectividad mientras buscaban adaptarse e integrarse en la sociedad donde la mayorĂa iba a pasar el resto de su vida.
EnfocĂĄndose en el bienestar social, la educaciĂłn, la religiĂłn y la niñez, Benjamin Bryce examina la formaciĂłn de una identidad germano-argentina. Alrededor del primer centenario de la independencia, cuando el nacionalismo argentino se intensificaba, y el Estado exigĂa mĂĄs fuertemente la homogeneidad cultural, los lĂderes de la colectividad alemana respondĂan con otra visiĂłn de la ciudadanĂa argentina y de la pertenencia nacional.
ProponĂan que era posible retener una identidad Ă©tnica distintiva y ser a la vez un buen argentino. Esta historia de la colectividad alemana y las fronteras borrosas con la sociedad a su alrededor ilumina la forma en que las sociedades pluralistas de AmĂ©rica toman forma, asĂ como las complejas interacciones entre el pluralismo cultural y el surgimiento de culturas nacionales.