María del Carmen de la Peza concibe el rock como un fenómeno sociocultural y político complejo, en el que participan actores y espectadores en el espacio público mediante la acción y el discurso. En este sentido, el rock constituye un espacio fértil para explorar la emergencia de los roqueros como sujetos políticos y las relaciones conflictivas de los sujetos —de clase, raza, género y generación— entre sí y con los poderes constituidos.
Para comprender la relación entre comunicación y poder, a diferencia de la mayoría de estudios centrados en los medios masivos de comunicación, la autora presta atención al "murmullo social" del rock que, como espacio de deliberación pública, acción concertada y dispositivo de almacenamiento de la memoria colectiva, es un espacio privilegiado de la política.
Así, descartando una lectura complaciente, el libro expone los claroscuros del rock mexicano, al mismo tiempo que reconoce su papel en la emergencia de discursos y sujetos desde siempre silenciados.