Los colores del diablo

Quien entra a lo de escritor se granjea infinidad de enemigos. Hay que aprender a ser cojudo cuando se escribe, es cierto. Pero antes, y más importante aún, se debe aprender a tratar a los amigos, a esos con quienes se vuelven leves y hasta graciosas las pellejerías. No se entienda con esto sentimentalismos de gallipavo, porque hay aquí una molestia vital, signo de salud, que le mueve incluso contra sí mismo. Mena se halla incómodo, aunque no hace gala de "quejica". Duda de sí, y la sospecha es, ante todo, la de ser "víctima". Contra ello, para conjurarle, el humor: se está siempre riendo, burlándose de las desgracias propias, sin hacer parte las ajenas.

Starten Sie noch heute mit diesem Buch für CHF 0

  • Hol dir während der Probezeit vollen Zugriff auf alle Bücher in der App
  • Keine Verpflichtungen, du kannst jederzeit kündigen
Jetzt kostenlos testen
Mehr als 52 000 Menschen haben Nextory im App Store und auf Google Play 5 Sterne gegeben.