En esta cuarta edición de Más allá de la utopía. Liderazgo de servicio y espiritualidad cristiana, el sueño de un liderazgo cristiano, servicial, humilde, profético, transparente, participativo, responsable y humanizador (que promueva la vida plena) sigue vigente. Y más urgente que en el 2005.
La nuestra es una época caracterizada tanto por el surgimiento de espiritualidades como por la imposición de una cultura gerencial en todos los ámbitos de la vida. Hay sed de Dios y de dioses, y hay hambre de eficacia y de productividad. En el ámbito de la fe cristiana, muchas comunidades de fe se ven forzadas a ofrecer fórmulas "novedosas" de espiritualidad, y a aprender mecanismos para hacer que la iglesia sea "eficiente" y el liderazgo sea "exitoso". Más allá de la utopía nos propone integrar la espiritualidad cristiana y el liderazgo de servicio, redescubriendo sus raíces bíblicas y su inspiración en Jesús de Nazaret como modelo a imitar.
El autor parte de una correlación muy original entre la espiritualidad y "la cultura gerencial", para el enriquecimiento mutuo de ambas. Pero desde el primer párrafo se define la cruz de la tensión entre ambas: "Las espiritualidades han resultado espurias, y la cultura gerencial, asfixiante". Y añade: "En esa sed de espiritualidad y en esa hambre de eficiencia hay semillas de misión y simientes de transformación".
Desde ese punto de partida, crítica y abierta a la vez, el autor procede a la busca de una espiritualidad más auténtica y profunda, y de estilos de liderazgo que asimilen los aportes de las técnicas modernas de administración, pero que van más allá de ellas, hacia modelos de liderazgo coherentes con el evangelio y eficaces para el siglo 21.
Desde la primera edición del 2005 el texto ha cambiado poco; el contexto del liderazgo de las comunidades de fe en América Latina, sin embargo, ha cambiado mucho. También el contexto político y social. Hemos visto desfilar a gobernantes de derecha y de izquierda, conservadores y liberales, todos (¡y todas!) haciendo gala de un estilo de liderazgo prepotente y, en muchos casos, con funestos resultados en su gestión de gobierno. Muchos de los nobles sueños de justicia y buen gobierno por parte de los electorados de esos años, hoy no son más que tristes pesadillas de desconcierto y frustración. En materia de liderazgo y dirección, los fracasos no han sido pocos.
En el contexto eclesial, los modelos gerenciales y corporativos son una de las formas predominantes del liderazgo. ¡Y vaya éxitos numéricos los que han obtenido con ellos!: iglesias multitudinarias, presupuestos jugosos, curules parlamentarias, candidatos presidenciales y medios de comunicación a su alcance. Estos modelos son efectivos en cuanto a esos logros numéricos (la empresa privada ya los había probado), pero dudosos en cuanto a su fidelidad al Evangelio y, por ende, inciertos en cuanto a su impacto para la transformación integral de la sociedad… y de la misma iglesia.