Si �Pasajeros en tránsito� (2021) recopiló cuentos en torno a la no pertenencia, a
la extranjería, y �Puertas de embarque� (2022) lo hizo con una serie de cuentos en
torno a la muerte, �Pasaporte Caduco� se dispara en direcciones insospechadas,
dejando esquirlas a veces poéticas y a veces lacerantes sentencias, llenas de
humor negro. El hilo conductor, aquí, ya no es temático sino la visión de un mundo
absurdo y quizás terminal. Sus personajes buscan infructuosamente sus destinos
entre una complacencia infantil y una estupidez imperdonable.
Nuevamente el autor nos sorprende con su irreverencia, humor negro, sobre la
sociedad al tiempo que sincera las inseguridades y dudas de un simple mortal. La
fluidez de cada uno de estos cuentos cortos, en que en algunos se fusionan
géneros, dan cuenta de una imaginación particular, cuyos finales inesperados ya
son su característica.