'Todas mis palabras son azores salvajes', primer poemario de la escritora y traductora Gloria FortĂșn, representa el afĂĄn que, cuando se ama, se tiene de construir un lenguaje propio aprovechando que se ha fundado una patria. Un lenguaje que cante ây a veces griteâ al amor y al deseo entre mujeres. La voz de la poeta tiene un cuerpo con una presencia rotunda y disidente, un cuerpo que no cumple las normas del canon estĂ©tico, ni tampoco del recato, la modestia o la moderaciĂłn. Es un cuerpo que se siente bello, vivo y sensual.
La protagonista se celebra a sĂ misma y a su carne, pero tambiĂ©n a las mujeres que han hecho que palpite su corazĂłn ây su entrepiernaâ, sobre todo a una mujer mĂtica, que toma la forma de bucanera, de diosa o de vaquera y que estĂĄ presente a lo largo de todo el poemario. Ella es la representante del amor y del anhelo cuando una pandemia confina el mundo. Ella es, al fin, quien deberĂĄ extender su brazo para que se posen en Ă©l los azores que la poeta-cetrera ha lanzado a los cielos.