La Ilustración, en el siglo XVIII, revaloriza la razón en todos los ámbitos del saber. Abundan los estudios históricos y de crítica filosófica y literaria, y se producen avances notables en economía, física, química, astronomía, arqueología, etc. Los estudiosos españoles contribuyen a estos avances sin perder su visión transcendente sobre el destino del hombre: su crítica irá dirigida precisamente a purificar la fe cristiana de elementos que no le correspondían.
En literatura, es un siglo más de géneros que de individualidades, aunque las hay relevantes, como Torres-Villarroel, el padre Isla, Feijoo, Jovellanos, Meléndez Valdés, Leandro Fernández Moratín, Celestino Mutis y Jorge Juan. Se crean instituciones que han perdurado hasta nuestros días, como la Real Academia Española y otras Academias, la Sociedad Económica de Amigos del País, la Biblioteca Real… Es un siglo que conviene conocer de la mano de sus protagonistas, y ese ha sido el esfuerzo del autor.