Dos cientĂficos despistados, Redwood y Bensington, con una misiĂłn en comĂșn: encontrar el alimento perfecto, la "Heracleoforbia", que aumenta el tamaño de las criaturas que lo ingieren. AsĂ nos encontramos con un escenario en que los pollos se vuelven tan grandes que se comen a los gatos, las ratas y avispas gigantes a los humanos, las plantas venenosas crecen tanto que resultan letales...
Como consecuencia, los bebĂ©s a los que acaba llegando este alimento se convierten en criaturas gigantes que se enfrentarĂĄn en una lucha a los "pequeños" humanos. El conflicto estĂĄ servido, y su desenlace es incierto, aunque probablemente trĂĄgico en cualquier caso. Son historias entrelazadas a lo largo de los continentes y los siglos, con cambios de tono (la primera parte podrĂa ser el escenario de una pelĂcula de terror, cuando las ratas salen a aterrorizar a los pueblerinos de la campiña inglesa, la segunda tiene un tono de fĂĄbula con una crĂtica despiadada a la sociedad inglesa del momento, mientras la tercera ocurre veinte años despuĂ©s con los cambios que ha traĂdo este invento).
Una vez mĂĄs Wells demostrĂł ser un visionario que ya a principios del siglo XX se adelantaba al conflicto Ă©tico y moral que en nuestros dĂas, mĂĄs de cien años despuĂ©s, estĂĄ suscitando el debate sobre la modificaciĂłn genĂ©tica o los alimentos transgĂ©nicos. Y nos deja su habitual invitaciĂłn a la reflexiĂłn acerca de la Ă©tica en los avances cientĂficos y la moraleja: el hombre no deberĂa jugar a ser Dios, ya que por muy noble que sea el propĂłsito, la ejecuciĂłn siempre es llevada a cabo por hombres que tienen los defectos propios de la especie humana y por tanto el resultado puede ser catastrĂłfico.
Adaptada al cine en 1976 por Bert L. Gordon, el resultado fue una pelĂcula de serie B mĂĄs bien mediocre que ademĂĄs prescindĂa de la parte mĂĄs importante del relato y se centraba en un discurso ecologista caracterĂstico de la Ă©poca.
H. G. Wells fue un reconocido escritor y biólogo inglés. Entre sus obras mås reconocidas estån La Måquina del Tiempo, La Guerra de los Mundos y la Isla del Dr. Moreau. Fue nominado cuatro veces al premio Nobel de Literatura, y predijo el descubrimiento de aviones, tanques, viaje espacial y la televisión satelital años antes de su existencia.