De estirpe romĂĄntica y telĂșrica, El Bordo de Sergio Galindo nos enfrenta a personajes que âdominados por el rencor y la memoria, disminuidos por sus miedos, sostenidos por la esperanzaâ en ocasiones son incapaces de distinguir la felicidad asequible, cotidiana, y se entregan desbocados a la persecuciĂłn siempre incesante, a veces fallida, de eso otro âinasible, inexpresableâ que les dĂ© paz y contento. PrĂłdiga en manifestaciones del gĂłtico âromanticismo oscuro, lo llamaron en el XIXâ que suele propiciar el paisaje, la novela de Galindo se muestra tambiĂ©n generosa al contribuir a dicho ambiente con el flujo de las atormentadas conciencias de una familia proclive a la angustia, si bien las primeras enmarcan, son las cajas de resonancia de las segundas, tornando pesadilla el sueño, realidad el delirio, locura la ausencia. Es la condiciĂłn humana âimpelida por un disgusto, el alcohol o la memoriaâ la que subvierte el entorno.