Publicado por primera vez en 1964, en pleno auge neorrealista, El mal oscuro fue inmediatamente percibido por el pĂşblico y la crĂtica como un libro a contracorriente. Ganador de los prestigiosos premios Campiello y Viareggio, es la historia personal de una depresiĂłn y, en un sentido mĂĄs amplio, el espejo de una contemporaneidad carcomida por la neurosis. Berto la escribiĂł en dos meses, y de ese trabajo febril surgiĂł un texto monumental que ahonda sus raĂces literarias en autores como Svevo y Gadda, aun marcando un punto de inflexiĂłn respecto a la tradiciĂłn literaria de la que bebe: El mal oscuro no solo describe una patologĂa mental, sino que la interpreta, la encarna, la convierte de forma plĂĄstica en palabras. Su lenguaje es la manifestaciĂłn misma de la enfermedad, ÂŤla epifanĂa tragicĂłmica de la oscuridadÂť; su estilo, un caleidoscĂłpico flujo de consciencia que urde una confesiĂłn tan bien articulada como la de san AgustĂn o como la de Montaigne, por poner otros ilustres ejemplos de literatura introspectiva. Con extraordinaria maestrĂa, Berto hila en estas pĂĄginas una prosa atrevida y vanguardista de la que se sirve para destripar un mal tan antiguo como la humanidad misma: el miedo a vivir. En este miedo, en su miedo, el autor se sumerge para sacar a la superficie el espĂritu de una ĂŠpoca histĂłrica (la posguerra con su caduco boom econĂłmico), el alma enferma de una ciudad (la Roma de La dolce vita) y las mezquinas contradicciones de una condiciĂłn social (la burguesĂa provinciana).