La década que inspiró los trabajos aquí reunidos y originalmente aparecidos en La Nación, se extiende entre los años 2001 y 2011. Las caras a las que remiten son familiares para muchos de nosotros, pero lo que de ellas nos revelan estos dibujos, con su trazo juguetón y penetrante, nos permite redescubrirlos con una intensidad insospechada. Por aquí desfila una compacta caravana de protagonistas de nuestra vida diaria que provocarán, al ser identificados, una sonrisa y de vez en cuando una carcajada de buen humor cuando no una mirada sombría dictada por el dolor y la indignación. (Del prólogo de Santiago Kovadloff).