Aún el sol no había salido cuando escuché el despertador, medio dormido alargué el brazo y con un golpe certero le apagué y dejó de sonar, decidí dormirme de nuevo después de darme media vuelta en la cama, acordándome que estábamos de vacaciones.
¿Por qué habría sonado el reloj?, seguro que fue un despiste, arropándome hasta la cabeza me dispuse a echar ese sueñecito mañanero que sabe tan bien.
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