A pesar de la constante presencia de los cínicos en distintos momentos de la historia del pensamiento y del cinismo en filósofos de diferentes épocas y tendencias filosóficas, y aunque incluso en nuestro tiempo algunos filósofos, como Foucault y Onfray, han visto en el cinismo una veta para la comprensión y reflexión de problemas contemporáneos, no hay acerca de este movimiento filosófico estudios como los que encontramos sobre otras prácticas o escuelas filosóficas de la antigüedad.
Con este libro se busca presentar un panorama de estos filósofos marginales que dirigieron una crítica radical a los valores e instituciones de su sociedad y que se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana, a través de imágenes como la del filósofo vagabundo o la mujer filósofa que increpa, se burla y critica, sólo para inducirnos –la mayoría de las veces sin sutilezas– al camino de la esforzada práctica de la virtud; sólo para enseñarnos a cuestionar nuestra vida cómoda y convencional, que constantemente nos aleja de la felicidad y de la libertad.