Eros en Antonio Beneyto se manifiesta como una posiciĂłn desviada del cĂłdigo social. En primer lugar surge como una actitud Ă©tica y luego como un desafĂo poĂ©tico. Por ello, a veces, no se avergĂŒenza de llamar a las cosas por su nombre. AsĂ, en una selecciĂłn lĂ©xica que rompe con los tĂłpicos al uso, da entrada a toda una terminologĂa que recrea lo cotidiano y realza nuestra Ășnica vivienda verdadera: el cuerpo. El cuerpo como festĂn de placeres, sin mĂĄs, libre de ataduras. Ăgape orgiĂĄstico, aunque a veces tambiĂ©n se vislumbra cierta fuerza turbulenta, mĂĄs encontrada que buscada. En Tiempo de quimera el escritor continĂșa esas lĂneas ya clĂĄsicas en Ă©l. Pero, al contrario que en otras obras, aquĂ se encuentra con un pequeño poema cinematogrĂĄfico que podrĂa titularse Diario entre cuatro paredes, pues todo sucede en una habitaciĂłn, con esa reducciĂłn del espacio tan propia de la narrativa moderna. Lo que allĂ ocurre lo ha de ir descubriendo el lector.