Narrador contumaz, de estilo punteado por la ironía y el arrojo, Rogelio Riverón despliega en estos cuentos otro arsenal de situaciones, estados, circunstancias, vínculos estrafalarios e imágenes que no desdeñan ni lo sublime, ni lo cursi, para construir una realidad controvertida y seductora. Cuarenta vasos de vodka ―dice la leyenda urbana― consumió el soberbio baterista John Bonham antes de desplomarse mortalmente en septiembre de 1980. Busque el lector el fin de esta alusión en el presente volumen, donde la tendencia al lirismo contrasta con la inclemencia que se permite el autor en el manejo de más de un pasaje. Un certero dominio de los diálogos se combina aquí con un sentido de universalidad no menos irónico, y que encuadra la cultura, la historia en su concepto más politizado, la geografía e incluso la paranoia.