Toda una tradición secular europea, que inaugura Comenio, ha situado la didáctica en la tarea de proporcionar métodos y prácticas docentes eficaces para enseñar algo. Pero desde aquella pretensión de "enseñar todo a todos" a nuestra realidad actual han pasado muchas cosas. Queremos en este trabajo revisar la agenda actual de la didáctica, enclavándola en el amplio corpus de conocimientos que históricamente han configurado la disciplina; en el aggiornamento actual de la enseñanza a nivel de aula, en el propio renacimiento de la didáctica europea en el ámbito anglosajón y en las líneas actuales de mejoramiento de la educación.
Con el profundo respeto y admiración que tenemos al admirable trabajo desarrollado en torno a la reivindicación de las tareas de la didáctica realizado por Ángel Díaz Barriga (2009), diferimos de su valoración de las orientaciones últimas de la política y del cambio educativo en su relación con la didáctica. En lugar de pensar que los acentos de eficiencia en el aprendizaje suponen una minusvaloración de la labor didáctica, estimamos que distintos indicadores y perspectivas confluyen en situar la labor docente en el núcleo del mejoramiento y, por tanto, las prácticas docentes eficaces como tarea clásica de la didáctica. Una cosa han sido las reformas y políticas educativas de las últimas décadas, en gran medida a nivel global, de introducir mecanismos mercantiles para incrementar la calidad de la educación, y otra, a teoría del cambio educativo y la mejora. Por lo que vamos a decir después, ésta pone en el núcleo la acción didáctica. Otro asunto es que ese núcleo didáctico, en el ámbito anglosajón, ha sido subsumido bajo el "currículum" y, sobre todo, la "psicología de la instrucción" (instructional psychology). En esta situación cabe preguntarse qué se puede hacer para resignificar la tradición didáctica, así como lo que pueda aportar para el mejoramiento.