Albert Camus dijo: «Nos asfixiamos entre gente que cree tener toda la razón», y muchos de nosotros sentimos lo mismo hoy, cuando el aire se está volviendo verdaderamente irrespirable. Las redes sociales son un teatro de sombras donde el debate se sustituye a menudo por el insulto: todo el mundo, temeroso de encontrar alguien que le contradiga, prefiere cazar a cien enemigos. Incluso más allá de X y Facebook, la arena intelectual y política se está convirtiendo en un campo de batalla donde todo vale. En todas partes, los predicadores feroces prefieren atizar el odio antes que iluminar las mentes.
Jean Birnbaum pretende reconfortar a todos los hombres y mujeres que se niegan a aceptar el «embrutecimiento» de nuestro debate público y que quieren preservar el espacio para una discusión tan franca como argumentada. Para ello, relee los escritos de una serie de intelectuales y escritores que nunca se contentaron con oponer ideología a ideología, eslogan a eslogan. Reconectar con Albert Camus, George Orwell, Hannah Arendt, Raymond Aron, Georges Bernanos, Germaine Tillion y Roland Barthes no es sólo cuestión de refugiarse en figuras queridas que nos ayuden a mantenernos firmes. Significa, sobre todo, redescubrir la esperanza y la capacidad de proclamar esto: en el barullo de lo obvio, no hay nada más radical que el matiz.