Sergio Morelli solo tenía que chasquear los dedos para conseguir todo lo que quisiera. Todo, menos Bella Cameron. Por mucho que el deseo que sentía por su impresionante hermanastra lo hubiese desquiciado, no se había permitido a sí mismo poseerla. Había creído que era una cazafortunas como su madre.
Entonces, cuando Bella lo llamó inesperadamente para refugiarse en la apartada casa familiar del lago Como, su deseo insatisfecho renació y Sergio, incapaz de resistirse más, decidió implacablemente que había llegado el momento de sofocar ese fuego.
Sin embargo, la noche que pasaron juntos solo sirvió para avivar más la pasión…