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Opus Dei - iglesia dentro de la Iglesia

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Opus Dei - iglesia dentro de la Iglesia

Sacerdote del Opus Dei

"....camino de santificación dirigido a toda clase de personas"

"nueva evangelización" con principios ultraconservadores y reaccionaríos"

Colegio Romano de Santa María

"Cómo la Iglesia Católica determina quién se convierte en santo, quién no, y por qué"

Captación y proselitismo agresivo de adolescentes, especialmente en los colegios dirigidos por el Opus Dei. Según Tammy DiNicola, ex-numeraria que trabajó en estas labores, el Opus Dei promueve muchos tipos de proyectos sociales, pero ella cree que detrás existe un motivo oculto: reclutar nuevos socios para la Obra.

Desconocimiento en el momento de pedir la admisión de las numerosas obligaciones y restricciones a la que los miembros numerarios van siendo sometidos49 posteriormente de forma progresiva.

Animar a los miembros numerarios a romper contacto con sus amigos y familiares en favor de contactos dentro del grupo.

Amenazar a los miembros que intentan abandonar. Coacción al menos psicológica hacia los miembros que desean abandonar el Opus Dei.50 Especialmente miembros numerarios, que a veces son derivados a psiquiatras o psicólogos pertenecientes a la Obra, antes de dejarles salir, para tratar sus "problemas vocacionales".

Control absoluto sobre las actividades diarias de los miembros numerarios, debiendo requerir permiso para realizar cualquier actividad no reglada, y dando cuenta detalladamente de sus actividades cada semana a sus superiores mediante la confidencia semanal. Además deben entregar todo el dinero que ganen a la organización y hacer testamento a su favor.

Falta de respeto a la correspondencia de los numerarios, que frecuentemente reciben las cartas de sus amigos y familiares abiertas y leídas por los responsables de los centros. A los numerarios también se les induce a entregar las cartas que escriban abiertas a los directores, para que puedan leerlas, y censurarlas en su caso.

Falta de libertad para elegir confesor y director espiritual.

Los críticos a menudo han atacado prácticas como la mortificación corporal que implica el empleo del cilicio y las disciplinas (pequeño látigo de cuerda de palmo y medio). Esta práctica es reforzada por la historia de que Escrivá de Balaguer se aplicaba tanto estas prácticas que dejaba rastros de sangre en las paredes de su habitación, aunque indicó posteriormente que los miembros no debían hacerlo.