La inesperada muerte de una amiga dispara esta novela-tapiz, donde se entretejen varios tiempos, historias, conversaciones y viajes. Esta es una historia de crecimiento, de los desajustes de la identidad y el cuerpo adolescente. Punto de cruz narra el devenir adultas en una sociedad atravesada por violencias machistas, clasistas, racistas y medioambientales. Para las protagonistas de este libro, la amistad se vuelve la principal herramienta de cuidado, sentido, reparación y resistencia. La amistad y el bordado, esa actividad en que las mujeres de cientos de culturas y épocas encontraron al mismo tiempo la opresión, la represión, la libertad, la comunidad y el arte. Esta novela es también una crónica de viaje o una crónica acerca del efecto de los viajes en la identidad propia y colectiva; es un bello retrato de las relaciones entre mujeres, cómo las elegimos, qué afectos nos siguen acompañando y qué otros eligen rumbos que nos separan para siempre.