Tres caballitos vivían en un país lejano. Un día, se presentaron a un concurso convocado por tres Reyes Magos que habían encontrado una señal en el cielo. El viaje más importante de sus vidas estaba por comenzar.
Cuando nació Jesús, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo". Herodes los envió a Belén. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra (Mateo 2, 1-13).