Los que han nacido en un mundo analógico tienen cada vez más dificultad para subirse al único tren que circula. Sus cualidades, adquiridas con un esfuerzo de años, parecen perder valor, mientras los nuevos tiempos se tiñen para ellos de una insustancialidad casi insoportable: son tiempos de reality shows, videojuegos y redes sociales, que parecen dictar un nuevo sentido común. Quien no participa, queda excluido.
El autor analiza con realismo y sentido del humor los ingredientes de la revolución digital, y ofrece soluciones para vivir y sobrevivir en un mundo superpuesto al mundo en el que muchos nacimos.